Cuando Abby fue entregada en una pequeña caja, los trabajadores del refugio no tenían idea de lo que le pasaba. Era tan pequeña y estaba cubierta de ampollas. Su piel estaba en carne viva y el perrito estaba petrificado. Ella solo tenía ocho semanas de edad. Necesitaba desesperadamente un hogar de acogida médico, pero encontrar uno no siempre es fácil, escribe amo mucho a mis perros
Era obvio que este cachorro tenía un verdadero espíritu de lucha. Incluso mientras yacía inmóvil, con el cuerpo débil por sus problemas de salud, su cola se movía de un lado a otro cuando escuchaba su nombre. Dina dio un paso al frente para ser su madre adoptiva. Inmediatamente supo que a pesar de todos los desafíos de Abby, la niña tenía la voluntad de vivir.
Dina explica en el siguiente video que las primeras dos semanas que Abby estuvo con ella, no parecía estar mejorando. Las ampollas en la piel de Abby estaban empeorando. Entraría en su perrera y lloraría. Abby ni siquiera podía ser tocada. Fue demasiado doloroso.
El veterinario hizo varias pruebas y no pudo averiguar qué le pasaba. Nada tenía sentido. Finalmente, el veterinario descubrió que Abby tenía una rara condición en la piel. ¡Ahora podía tratarla!
Sorprendentemente, una vez que Abby recibió el tratamiento correcto, ¡mejoró rápidamente! Comenzó a comer bien y hasta quería jugar con su mamá adoptiva y los demás perros de la casa. ¡Qué gran diferencia! La personalidad de Abby también comenzó a florecer. La niña intentaría arrebatarle la comida a su madre adoptiva directamente de su boca. Si bien no exhibió los mejores modales, al menos estaba ansiosa por comer.
Dina le enseñó a jugar a buscar. Abby también aprendió lo divertido que es salir a caminar. No podía esperar para unirse a sus nuevos amigos perros y emprender aventuras, descubriendo el mundo exterior.
A medida que Abby se convirtió en su cuerpo adulto, sus costras y cicatrices impidieron que el cabello de su cabeza volviera a crecer. Dina la describe como una adorable pequeña “gremlin”. También le salieron los dientes permanentes y desarrolló esta mordida inferior única que la hacía parecer que sonreía constantemente.
Una vez aprobada médicamente, Abby pudo encontrar su hogar para siempre. ¡Y ella lo hizo! Love and Rescue es una organización increíble que dio un paso adelante y sacó a Abby del refugio para salvar su vida. Dina, como muchos médicos adoptivos, es una heroína. Estamos muy agradecidos de que estos maravillosos humanos existan. Vea la historia completa de Abby a continuación. ¡Ella es realmente una pequeña guerrera perruna!
Fuente: ilovemydogsomuch.tv